miércoles, 21 de enero de 2009

Mi ¿Primera? Religión

En la entrada anterior quedó flotando la inquietud acerca de cómo entiendo la religión o como la entendía de niño. El estar en un colegio católico me marcó bastante en ese sentido: el saber de que tratan las religiones incluyendo la mía, aunque no sé si aún deba llamarla así. Aprendí los mandamientos y los pecados, aprendí de oraciones y de santos. Desde que entré al colegio y todos los años siguientes tanto en primaria como en secundaria, en el estrado que presidía el gran patio se rezaba antes de ingresar a los salones. En éstos, todas las mañanas antes de la primera clase del día se rezaba estando de pie. En el local de San Isidro estaba la gran (y ahora extrañada por muchos) capilla donde hice la Primera Comunión. En el local de Miraflores (donde está ahora la Universidad de Piura) teníamos una capilla muy pequeñita pero también muy acogedora. A ambas íbamos al menos una vez al mes si mal no recuerdo.

Pero de toda esta preparación católica, por llamarla de alguna manera, me quedaron muchas dudas, incompresiones y algunos sinsabores. Recuerdo que antes de comulgar por primera vez debía confesarme. Y debido a mi excelente conducta (siendo tan tímido era obvio que me portaba muy bien) era difícil que tuviera algún pecado que confesar. Pero mi prima me acusó una vez de jurar en vano, debido a que le dije ¡te lo juro! no recuerdo porqué y a pesar de que era cierto lo que yo decía, me convenció de que era un pecado. A los 8 años es difícil saber cuándo has cometido un pecado capital salvo que la sabiduría de alguien mayor (3 más que yo en este caso) te lo diga. Ese era mi único pecado y cuando fui a confesarme no me sentía tan culpable, y cuando el padre me preguntó "¿nada más?" pareció sorprendido así que me envió a rezar dos padrenuestros y dos avemarías. Y no sentí mucho descargo o alivio, difícil sentirlo si tampoco sentía culpa alguna. Mucho se nos repitió que al recibir la ostia nos sentiríamos diferentes, mucho mejor que antes ya que era todo un acontecimiento, pero no lo llegué a entender pues yo me sentí exactamente igual. Más adelaante no llegué a hacer la confirmación en parte por desidia, en parte porque tampoco entendía bien en qué consistía.

Cuando iba a misa con mis padres éramos asiduos concurrentes de la Iglesia de María Reina en el Ovalo Gutiérrez. Íbamos en la mañana o en la tarde, pero hubo un tiempo en que íbamos sólo en la noche y mi mamá calculaba el tiempo para llegar después del sermón, y de paso asegurarnos la bendición (los sermones en ese tiempo eran larguísimos y aburridos). A mi abuela le molestaba mucho ello, se iba antes que nosotros para sentarse adelante y no perderse un segundo de misa. "Incompleta, no vale" solía decir. Yo, siendo algo sarcástico y metepata desde pequeño se me ocurrió, siguiendo una lógica matemática católica, que si la misa incompleta no valía, la completa debía valer algo. Y así se lo pregunté a mi abuela: "¿y acumulas puntaje o algo así por cada misa completa?"... lo que ocasionó que dejara de hablarme cerca de una semana, supongo que hasta la siguiente misa.

Hoy en día, no recuerdo cuando fue la última vez que fui, es más, no recuerdo cuál fue el último matrimonio al que asistí, por lo que estuve obligado a entrar a una iglesia. Pero ello no significa que no agradezca a Dios por las maravillosas oportunidades que me ha brindado y por ayudarme en algunas cosas que quizá, ni siquiera merecía. ¿Por qué no voy a misa todos los domingos? Las razones son varias, siendo una de las más poderosas la siguiente: me parece bastante hipócrita ver a un montón de gente que en su vida es una m... con los demás, ir a golpearse el pecho y confesarse compungidos todos los domingos para en la semana volver a ser unas m... con el prójimo o peor y volver a ir a confesarse el siguiente domingo, en un círculo vicioso (y falso) de nunca acabar. No son todos, pero son muchos y me niego a compartir ese momento de reflexión, alivio y oración con semejantes joyitas.

Por otro lado, lo que viene a ser la iglesia en el mundo me parece bastante incoherente (salvo honrosas excepciones como los maristas o los jesuitas aunque en todos lados se cuecen habas). La posición de la iglesia en cuanto a los métodos anticonceptivos me parece primitiva y cínica. Por otro lado, desde pequeño me enseñaron que Jesús dijo que una iglesia y la misa se podían hacer hasta en el tronco de un árbol (dando un mensaje de austeridad según creo entender) y la iglesia actual no me parece que de ese mensaje sino todo lo contrario. Al fin y al cabo es mi opinión personal. A pesar de tener amigos de todas las religiones y hasta ateos, no hay una que me parezca "La Religión", porque no en todas se predica con el ejemplo.

Sin embargo sí voy a la iglesia, desde hace años y muy de vez en cuando, para dar gracias por seguir vivo (han habido varios episodios en mi vida que me han asegurado que o tengo pellejo de gato o que me necesitan acá abajo aún) pero asisto callado, cuando no hay gente, cuando nadie me ve (con mi característico perfil bajo). Y no siento la necesidad de tocar el agua bendita o mirar la cruz o una imagen. Sé que Dios existe así se llame Yavhé, Bhuda, Alá o lo que sea. Y siento, en los momentos que voy, que me ayuda aún cuando creo que no lo necesito o no lo merezco. Desde hace años no ha habido una noche en que deje de rezar antes de dormir pensando en todas las personas que necesitan cuidado o ayuda, tampoco he dejado de persignarme cada vez que veo pasar un camión de bomberos o una ambulancia, deseando que lleguen a tiempo. Mi manera de entender la relación con quien esté allá muy arriba, es tratando de ayudar a los demás y tener en cuenta la existencia del prójimo para evitar hacer daño a nadie. Lastimosamente por sus actos, pareciera que son muy pocas las personas que piensan y actúan como yo.

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